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A falta de pan… crítica de cine.

Cine Cubano

Llevo varios días sin escribir. Pasé una semana muy ocupada entre el trabajo, la escuela y asuntos esperados pero inoportunos, que se mezclaron con todo el otro barullo y me alejaron del teclado – casi a palos pues amén de la carencia de tiempo, la musa andaba revuelta; injusta! – por casi 15 días. La próxima semana – la vigente, de hecho -, he tenido mucho tiempo y sin embargo no me he sentado delante de la pc a escribir. Esta vez es la inspiración la que me abandonó.

La he buscado en todas partes. En la TV, he visto todo tipo de programación esperando disfrutar algo que me mueva el espíritu, sin resultados. Entonces por avatares del destino, mi amor me recomendó ver «Un paraíso bajo las estrellas» en Youtube pero solo logre reírme un poco. La inspiración no apareció. Thais Valdés derrochó ‘chealdad’ – si se me permite el cubanismo -, en esos bailes fuera de tiempo… pero bueno, la comedia se permite este tipo de desvaríos y el negro quería meterle mano así que no importaba si bailaba o comía fruta…

Así vi «Miel para Ochún” con Perugorría como el peor extranjero de la historia y las dos peores obscenidades de toda la cinematografía cuba – por el impacto de una mala actuación no por la impresión de las ‘malas palabras’ -: un «Fuck you!» donde debió haber sido «Fuck!» y el «Asshole!» más fuera de lugar que he escuchado. La peli me pareció sosa en general y aunque el elenco era estelar no me dejaron un buen sabor en la boca.

También vi «Perfecto amor equivocado» y recordé que solo fue célebre por sus mujeres encueras. Hasta la deliciosa Susana Pérez, que de damita inocente pasó a revolucionaria clandestina, de ahí a señorona de la aristocracia habanera del siglo IXX (si no me equivoco), destapando su cubanía en aquella loca, vieja y chusma enamorada del profesor buen moso e impotente (su marido según tengo entendido) y terminando enseñando las tetas en este pedazo de peli que no me dejó ni risas ni llantos, solo las nalgas de aquella de las brujas de Salem y el vello púbico de Luis Alberto García. Una frase que me encantó, “Con qué mujer de esta película no te has acostado, chico?”, o algo por el estilo, en boca de Susana… aunque debió ser “qué mujer de esta película no va a enseñar algo?” pues desde la matrona hasta la que hizo de la hija… todas dejaron su pedacito de carne al vuelo de la imaginación de todos los morbosos.

Después pasé a “Entre ciclones” con Mulkay. Me divirtió y aunque es un humor bien negro la disfruté… Balmaseda en el típico empachado y Mijail: el muchacho pobre que intenta reivindicarse y trabajar luego de ser un semi-delincuente. Como siempre, más tetas, aunque esta vez casi anónimas pues las féminas de este filme no son muy conocidas – o al menos las que se encueraron no lo eran tanto hasta ese momento -. Y el toque fresco fue el flaco destimbala’o, practicante de… yoga? En busca del Nirvana… y digo fresco pues le estampó el humor serio y disparatado… con una voz muy sabrosa al oído.

Y la última fue ayer: “Habana Blues”, que no había visto nunca aunque me habían hablado de ella… lo primero que vi fue un fragmento en Youtube llamado “Pinga”, donde se ve la escena en la que Robertico se desata en una arenga soez y cubana que me dejó carcajadas y una muy disfrutada memoria de mi país que hacía tiempo no experimentaba.

Tengo varios comentarios sobre la cinta. Primero que todo, me pareció que la actuación fue muy lograda y me encantó que mostraran al cubano como es realmente… esa idiosincrasia que nos esconden en tantos Films por evitar el que nos llamen ‘mal-hablados’ o ‘groseros’. Yo no concuerdo con ese criterio. Palabras como esa y no citaré textualmente más ninguna para que nadie se sienta ofendido al leerme, son típicas del cubano y nadie puede quitárnoslas. En cada país hay obscenidades y son la verdad de las clases bajas. Me revienta tanto cuando veo una peli cubana en la que dos pelandrujas se caen a galletas y solo se gritan “Puta” y entre dientes. Mentira! Eso es una gran hipocresía! El cubano grita otros horrores cuando se encabrona y aunque no soy partidaria de andar diciendo palabrotas a los 4 vientos, sí creo que cuando algo se requiere porque es inherente a la historia que se cuenta, es muy válido; léase desnudo, lenguaje fuerte o sexo. El punto está en la necesidad y siempre no son necesarios dichos recursos.

En esta peli, me pareció muy a lugar. En el mundo de la farándula, de los arrabales nadie habla bonito, al menos no todo el tiempo. Sin embargo aplaudo la escena de la comida entre amigos donde todos hicieron gala de una verborrea muy agradable y ‘culturosa’, pero claro, se encontraban entre poetas y universitarios, y de hecho, hasta se estaban mofando. Encantadora escena.

Y creo que no me queda más… esto ha sido una pequeña crítica a varios filmes cubanos, que he disfrutado mucho y tengo frescos en la memoria por haberlos visto todos esta semana. Yo sé que no sé – nice! – ni un carajo de cine y no tengo un criterio que vaya a ser trascendental pero tengo algo muy importante: la opinión del cinéfilo. Si alguno ha visto estas pelis y quiere comentar conmigo e incluso llevarme la contraria, bienvenido sea. Los criterios son varios como los pensamientos pero son para eso, para debatirlos.