
El jueves me levanté temprano; ya es una costumbre que los días que no trabajo me despierte a más tardar a las 8 am. Para los que no saben, en Estados Unidos se celebra el cuarto jueves de Noviembre el «Día de Acción de Gracias», por la tradición europea de fiestar a la recogida de sus cosechas. Existe la polémica pues según algunos la primera celebración en USA fue llevada a cabo por los españoles en 1565 pero según otros, la primera fiesta fue en Virginia en 1607 por los americanos. Da igual cuando fue, lo que interesa es que la tradición viene de los europeos que celebraban la recogida de sus cosechas y al llegar acá, lo mezclaron al hecho de encontrar una nueva tierra, libre y fértil donde proseguir sus vidas. Más o menos de eso va.
La cena tradicional se compone del pavo asado al horno, que solo algunos gringos saben preparar y que no quede endiabladamente seco y desabrido, puré de papas, el green beans casserole que es habichuelas con una salsa de no se qué que se mete al horno y queda como un tambor de papas, pero de habichuelas y esta salsa gruesa, también maiz dulce y una salsa de arándanos para contrastar el sabor agridulce de la fruta a los sabores salados de la carne y los frijoles. De postre se consumen por igual el pican pie (pastel de nuez), pumpkin pie (pastel de calabaza) y apple pie (pastel de manzana).
La idea, como lo dice el nombre, es dar gracias. En principio se agradecía por la recogida de las cosechas y el tener alimentos y ahora es por cualquier cosa. Lo gracioso es que desde la mañana del jueves comencé a recibir los típicos mensajes de texto de «Happy Thanksgivig» de partye de dos o tres contactos, por ejemplo, mi amiga y compañera de trabajo, María. Ella salió de Cuba para España con 6 años y de allí, con 9, se vino a USA. Obviamente, ella creció con esta tradición; es entendible. Otro mensaje fue de Yeni – la recuerdan del post del río asqueroso? -. Les conté que Yeni lleva acá como un año y pico, a todo dar 2 años; ella llegó un años y algo después que yo y aun no cumplo los 3 aquí.
A ver, daré mis impresiones personales a este respecto y espero que nadie se sienta directamente eludido o criticado, cada cual con sus costumbres y respetadas sean.
Yo particularmente no celebro thanksgiving, la única alegría que me trae la llegada de ese día es que, afortunadamente, no tengo que trabajar y, que el día después, el Black Friday, bajan todo en las tiendas y nosotros los pobres, podemos aprovechar y comprar alguna que otra cosita con nuestros hambrientos salarios. No tengo motivos de agradecimiento y menos aun si analizamos que soy atea, es decir, no le encuentro el sentido a agradecerle a Dios que en mi mesa haya comida ese día.
No critico a nadie pero me parece gracioso lo rápido que mis compatriotas, que mis congéneres, que mis compañeros de juegos de infancia, que los míos de allá de Cuba, que ahora están acá… esos que desayunaban un pan de la bodega, se acogen a las costumbres americanas. No es que lo vea mal, simplemente me parece gracioso, interesante, ver la metamorfosis que sufren los cubanos en este país. Salen de un país donde lo más importante un día es marchar bajo el sol gritando consignas de ¡VIVA! delante de la Plaza de la Revolución y de un día a otro lo más importante es matarse en el supermercado por un pavo – que ni siquiera saben cocinar -, para darle gracias a Dios por lo que sea y entrar en el reino de los cielos y en el de los americanos. Ya dije, no critico a nadie y espero no sonar muy dura pero no deja de parecerme la mar de interesante y gracioso. Somos los seres más dispuestos a cambio que existen en este mundo. Eso es interesante!
Bueno, mi esposo y yo nos debatíamos entre ir al parque Amelia – no crean que me olvido de el post prometido, simplemente no ha llegado la musa para hablar de él -, a hacer una especie de picnic – deseo que se frustró en Cuba con el Parque Lenin; siempre quise hacer un picnic y al final, entre una cosa y otra, nunca lo hice -, y alquilar dos bicicletas para recorrer el parque, o irnos al cine a ver la peli Immortals que se estrenó el 11-11-11, en 3D. el debate vino de que no podíamos gastar alrededor de $30 en el parque, pagando la entrada y las bicis pues llevábamos la comida y además pagar alrededor de otros $30 en el cine por ver la peli en 3D. Increíble pero cierto. Para todos aquellos que piensan que «la yuma» es un vacilón, mi marido y yo no podemos gastar todo ese dinero muy a menudo. La vida no es color de rosas; pero ese es otro tema.
Finalmente decidimos ir al cine y no lo lamentamos. La peli está muy buena pero el impacto fue experimentar el cine en 3D. Ya les contaré.
Siguiendo con el Día de Acción de Gracias, compramos unas chuletas de puerco y las freímos en una sartén y ese fue el plato fuerte de nuestra cena. Eso si me gusta!
Quiero que comprendan que cuando vine a USA sabía que mi vida cambiaría radicalmente, no vine engañada, pero me rehúso a perder mi identidad. No me convertiré al cristianismo, ni cambiaré la carne de puerco – deliciosa y llena de colesterol -, por el desabrido y seco pavo, no daré gracias a dios por proveer comida para mi mesa cuando soy yo la que se muele el lomo trabajando para pagarlo todo, no asesinaré mi naturalidad y desenfado de cubana por intentar convertirme en una «cubiche» a los americano. Como dice Calle 13, una «gringa wanna-be». Esa no soy yo y me niego a alejarme de mi cultura y mi cubanismo.
Yo celebro con carne de puerco, chicharrones, yuca con mojo, ensalada de col y tomates, arroz moro y mis dulces son los casquitos de guayaba, el dulce de coco, las cremitas de leche. Eso no quiere decir que yo no consuma otros alimentos y que no pruebe cosas nuevas, pero cuando pienso en «fiesta» lo primero que me viene a la mente es una ‘cajita’ de comida criolla, no otros alimentos. No quiero cambiar y no quiero salirme de mis raíces pues esa es la que soy y quiero seguirlo siendo. Vine a este país a mejorar mi estilo de vida, a crecer profesionalmente, a formar una familia pues, fuera de todos los problemas políticos que hay en Cuba, quiero un mejor nivel de vida para mis hijos. Esa es la razón más fuerte que tengo para estar de este lado, pero quien soy: una cubana con todas las letras, no me lo quita nadie. Por eso no como pavo en thanksgiving 🙂