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El poder del «no»…

Toccami
Dai su bruciami la pelle
Toccami
Ancora
Parlami
Una lingua strana
Che solo sia capita
da me.
Toccami – Lara Fabian 

«Tócame», le dijo a modo de ronroneo mientras le clavaba las pupilas dilatadas. Frunció el seño al decirlo, a modo de queja. Estaba tan mojada que no podía más que quejarse. De repente sentía los latidos de su corazón en los pezones, entre las piernas…

Él sonrió con el brillo de quien recordó un detalle importante y se acercó a su cuello. Le pasó la lengua húmeda por detrás de la oreja y le mordisqueó el lóbulo.

«No», le susurró y se alejó solo lo justo para ver el fuego en sus ojos.

Ella suspiró y abrió la boca para emitir una queja pero se le atoraron las ganas en la garganta. Musitó una súplica que él no pudo comprender en sonidos pero le vio estremecer el cuerpo frágil y tembloroso. Entonces se supo en total y absoluto control y se dispuso a ser «malo», como le había escuchado decir que le encantaba que fuera.

«¿Ve estos dedos?» Le dijo, haciendo movimientos sensuales que le evocaban a ella sensaciones en el medio de su humedad. «Estos dedos podrían estar dentro de su boca ahora, porque me los quiere chupar, ¿cierto?» No esperó respuesta. «Podrían estar bien mojados de su saliva ahora mismo pero no le voy a tocar.»

Ella se apartó el pelo de la cara y del cuello. Su piel comenzaba a brillar con una capa tenue de sudor. Tragó en seco sin dejar de mirarlo a los ojos, expectante.

«También podrían estar ahí, bajo su blusa, apretando ese pezón que puedo ver, duro, ahora mismo.»

Ella gimió suavemente, aferrándose al asiento.

«Podrían mis dedos apartar su vestido suavemente y caminar por sus muslos, separarlos de un tirón y dejarlos entrar, uno… dos… tres dentro de su sexo mojado, hasta ver la luz escapar de sus ojos.»

Ella se dejó caer contra su pecho, sollozando bajito y dejó su propia mano hurgar entre sus piernas mientras él la abrazaba y le acariciaba el pelo.

«¿Mi niña no pudo aguantar más? ¿Se va a tocar ella misma? Niña mala. Sabe que esta desobediencia le va a costar caro. Mientras más se goce ahora, más tiempo le daré de castigo. ¿Están ricos esos deditos en su clítoris, mi niña loca?» Le susurró, sin dejar de entrelazar los dedos en su melena suelta.

Ella asintió, con sutiles interjecciones a cada pregunta, sin dejar de mover sus nalgas en el asiento y sus dedos en su clítoris.

«¿Por qué se esconde, mi niña? ¿Por qué esconde la carita en mi pecho? ¿Le da vergüenza? Sabe que lo que está haciendo está prohibido.»

Comenzó a apretar la boca contra su pecho, mojando su camisa con saliva y acallando los gemidos.

«Niña hermosa, debe terminar ya. Démelo ya. No puede hacer esto aquí. No puede hacer esto ahora, mi niña.»

Se abrazó más fuerte a su pecho y le mordió el pectoral, sin hacerle daño, pero lo suficientemente apretado para acallar un grito. Se estremeció varias veces. Él la abrazó con fuerza y la consoló al oído.

«Calma ya, niña mía. Todo está bien.»

Ella levantó la cara de su pecho, sus labios rojos de sangre, sus ojos llenos de lágrimas, su frente sudada. Él le miró con ternura y le besó ambos ojos mientras la abrazaba por el cuello. Ella, inmóvil y se le había escapado la luz de los ojos.

«¿Está bien mi niña?» Le preguntó, sin dejar de mirarla. Ella asintió con la cabeza. «Ok.» Dijo él y posó los ojos en el camarero que esperaba atento desde que le había hecho seña.

«Traiga un vaso de agua para la señorita, por favor.»

El camarero desapareció entre las mesas, mientras el murmullo intenso del restaurant lleno fluía alrededor de él y su niña satisfecha.

Ella sacó la mano de entre sus piernas y le mostró los dedos rojos y viscosos a él antes de ponerlos en su propia boca. Los saboreó con detenimiento y al sacarlos estaban limpios de nuevo. Un poco de sangre había manchado la comisura de su boca. Él la besó con ansias, hasta dejarla limpia.

El camarero le ofreció una copa de vino.

«No, gracias. No quiero arruinar el sabor que me ha quedado en la boca.»


The Lady in Red…

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I’ve never seen you looking so gorgeous as you did tonight
I’ve never seen you shine so bright, you were amazing
I’ve never seen so many people want to be there by your side
And when you turned to me and smiled, it took my breath away (…)

The Lady in Red – Chris De Burgh

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II

Era evidente que George era un casanova y esta no era la primera vez que se encontraba en esta situación. Los ojos de Richard brillaban y Dolores comprendió que, tal vez teniendo menos experiencia que sus hermanos, su imaginación no tenía límites, además, su gran conocimiento de la anatomía humana lo ayudaba a no estar en desventaja junto a sus hermanos.

Alex era un misterio. Su formación militar lo hacía parecer indescifrable. Dolores intuía que no había nada que aquel hombre no hubiese experimentado ya en su vida. Sus ojos reflejaban los incontables horrores que había presenciado pero también una agudeza increíble para comprender los azares de la vida. La incertidumbre la hacía sentirse aún más intrigada.

– Ricardo – le dijo, haciéndole una seña con la mano para que se acercara. – Todos me llaman Lola, ¿os gusta? – se quitó los guantes y acarició la mejilla del muchacho que tragó en seco.

– Mucho, mi señora – dijo él y besó el la palma de su mano.

– Lola, me encantaría veros sin la máscara – dijo George, evidentemente más atrevido y sin un  ápice de vergüenza. Ella asintió y le brindó su otra mano a Richard que continuó besándoselas con ternura. George se situó a su espalda y comenzó a desatar las cintas de seda que mantenían la máscara en su sitio. Cuando hubo terminado, tomó la delicada pieza con sus manos y dejó el rostro de Dolores al descubierto.

Era incluso más bella de lo que habían imaginado. Sus ojos almendrados brillaban, serenos e inteligentes. Sus cejas negras y tupidas complementaban la frente amplia. La nariz respingona y desafiante terminaba en un huequito adorable sobre su labio superior.

Alex se sirvió una copa de vino mientras los observaba, recostado a la cómoda. Su mirada se volvió más seria y atenta cuando George comenzó a deshacer los bucles y el cabello de Dolores comenzó a caer en cascada sobre sus hombros. Alex vio como las pupilas de ella se dilataron cuando George apartó la cabellera y depositó un beso suave en su cuello y sus propios ojos brillaron cuando a ella se le escapó un gemido suave.

… continuará.


Una niñita y el Fútbol…

De nada sirven mis goles si España no es campeón del mundo. 

David Villa – Sudáfrica 2010

Yo recuerdo haber puesto el tv una vez por allá por 1998 (tenía yo a penas 10 años y ya vivía en La Víbora con mi abuelita) y maravillarme al ver a muchos hombrecitos pequeños y coloridos correteando detrás de un balón negri-blanco que no se detenía. Apelé a mi padre y su sapiencia deportiva para que me dijera qué era aquella maravilla y me enteré que le llamaban FÚTBOL. Seguí mirando y descubrí también a los hombrecitos MÁS coloridos de todos – por sus camisetas rojas de listas amarillas y shores azules y por un juego que, aún sin comprender, me enamoró.

Realmente el ’98 no me aclaró muchas cosas, aún era muy pequeña y por mucho que mi papá me explicó, no llegué a comprender lo que era un «fuera de juego» o «un tiro libre».Pero la magia del fútbol me volvió a encontrar cuando tenía 14 años y cursaba el 8vo grado. Japón-Corea del Sur 2002 me sorprendió más madura y capaz de comprender el deporte que ha de acompañarme de por vida. Recuerdo que comenzaban por aquella época a implantar en Cuba las teleclases y muy convenientemente, teníamos un televisor en cada aula. No sé cuántos turnos de clases canjeamos para poder disfrutar los partidos y la excitación la calmábamos luego jugando fútbol adolescente en los pasillos de la escuela con naranjas agrias como balones. ¡Era algo ciertamente hermoso!

Mi padre emigraría a los Estados Unidos en septiembre de ese año, justo 2 meses luego del Mundial y recuerdo que pasé mucho tiempo debatiendo con él acerca de los juegos, las reglas y los futbolistas. Por aquella época el periódico Juventud Rebelde sacaba crónicas sobre el Mundial que yo recortaba y recolectaba, para futuras referencias, luego de leerlas ávidamente. Mi papá siempre fue un hincha argentino y las discusiones eran muy grandes porque él no entendía como yo podía preferir a España, siendo europeos, sobre cualquier equipo latino. No supe qué responderle, tanto el amor como el fútbol son impredecibles.

España jugaba bien en aquella oportunidad y pasó la fase de grupos como primera sin trabajo alguno, luego de vencer a sus tres rivales: Eslovenia (3-1), Paraguay (3-1) y Sudáfrica (3-2). Luego topamos contra Irlanda en octavos, empatando (1-1) y venciendo en penales (3-2). Justo después nos tocó la desdicha de ir contra Corea del Sur en cuartos, los anfitriones del Mundial. Los árbitros hicieron un papel deplorable y nos anularon el gol que hicimos y nos habría dado el pase a semifinales y la oportunidad de medirnos contra la GRANDE Alemania que quedaría segunda, finalmente. Esta infamia comenzó antes, en octavos, cuando también enmarañaron a Italia usando traquimañas parecidas y favoreciendo siempre a los coreanos.

Recuerdo que vi la final en casa de mi papá y él en ese momento ya prefería a Brasil ante Alemania, por su falso patriotismo latino americano. Yo preferí a Alemania por la admiración que sentía por Oliver Khan y la preferencia que comenzaba a desarrollar por el delantero Miroslav Klose, ambos destacados en este Mundial tan polémico. Los alemanes perdieron finalmente, tras dos goles que Ronaldo le encajó al ganador del Balón de Oro, primer guardameta que recibió este galardón en la historia de Copas Mundiales de fútbol, tras permitir solo 3 goles.

Llegó el verano del 2006 y Alemania nos trajo otra Copa Mundial de Fútbol que me encontró en un aula en el cuarto piso del Tecnológico Gervasio Cabrera Martínez, en el Cotorro. Esta vez ya yo sabía perfectamente qué era el fútbol y con 18 años, estaba más que segura de que España no me decepcionaría esta vez. Así comenzó todo y recuerdo que las discusiones en el aula eran olímpicas, no porque hubiera muchos adeptos al más universal de los deportes si no, porque todos disfrutaban verme defender lo que tan férreamente creía. Una de mis amigas por aquel entonces era fan de Inglaterra pero le daba igual cambiarse la casaca para cualquier selección con tal de mortificarme. Recuerdo que estaba en mi casa viendo conmigo y mi madre el partido en el que Francia nos sacó del Mundial y casi la saco a patadas y estuve días sin hablarle. Así de «agradable» me pone el fútbol.

Esperaba, secretamente, ganarle a Francia para luego topar con Brasil pues supongo que aquella derrota de Alemania en 2002 me dejó un rencor tan grande por los del jogo bonito que no he podido superar jamás. No tengo el dato pero creo que España y Brasil nunca se han batido en Copas Mundiales y de haberlo hecho, han de ser pocas pero me urge ver eso, me urge por una cuestión de aversión personal, jajajaja! Si admito que me quedó el sabor agridulce de la venganza cuando Francia los echó también del torneo 😀

En 2008 descubrí la Eurocopa y aunque no la seguí en su totalidad, si estuve pendiente el día de la final. Estábamos en casa de Maday (brasileña) mi novio (italiano), mi mejor amigo (argentino) y yo, que discutía una final contra Alemania, mi segundo gran amor. La luz se fue pues se acercaba una tormenta y en casa de Maday está terminantemente prohibido encender el televisor si truena, así que tuvimos que escuchar el partido entre cortes de corriente e interferencias por un radiecito decrépito que tenía mi mejor amiga. De más está decirles que tuvieron que aguantarme por días, semanas festejando mi primer triunfo y en ese momento supe que España comenzaba a escribir su historia.

El Mundial Sudáfrica 2010 me agarró en Miami junto a mi marido y en condiciones de vida difíciles. Ese fue un año de muchas tristezas y sinsabores pero durante un mes fui feliz. Recuerdo que pasé casi un mes enferma con reforzamiento en los pulmones, estuve ingresada con problemas de los riñones, comenzaron los problemas con mi papá, me quedé sin trabajo; realmente fue un tiempo muy malo pero entre reposo, fútbol y mente positiva, rebasé todo y me quedaron muchas alegrías que me regaló el fútbol.

España llegó esta vez como la favorita indiscutible por su desempeño en los últimos dos años y su reciente título como Campeona Europea. Ese primer partido contra Suiza, perdido 1-0 me golpeó la cara como una bofetada, casi despertándome del sueño que había vivido desde la Euro del 2008. Pero como cuando perdían en octavos, no perdí la fe y presencié una maravilla tras otra. Nos vi ganar a Honduras (2-0) y a Chile (2-1), pasando como primeros del Grupo H. Luego derrotamos por la mínima (1-0) a los siguientes rivales: Portugal en octavos de final, Paraguay en cuartos, Alemania en semifinales y, finalmente, a Holanda en la Final. Así España se coronó Campeona Mundial y mi fe en La Roja recibió su premio por no cejar nunca, por ser leal y por quererlos desde que no eran nadie.

Y bueno, la historia de esta Euro ya la conocen. Ya todos saben lo que ha logrado España y la alegría que me impulsa a escribir esto hoy. Ya saben que poco a poco se han ido metiendo en el grupo de los grandes y aunque aún les falte mucho camino por recorrer, ya nadie puede decir que España no es el MEJOR DEL MUNDO. Ya yo soy una mujer y sigo viendo fútbol solo una vez cada 2 años porque mi amor es tan grande que llega a ser enfermizo y no quiero que me de un infarto porque quiero seguir viendo lo que nos regala la Madre Patria, para en 40 años poder decir: «Yo amo a España desde que eran 11 pendejos coloridos correteando tras un balón y mira ahora que grandes son».


Para recordar el evento…


Fútbol pasado por agua…

Nos mojamos pero nos quedamos…

El fútbol es un juego que enfrenta a once contra once y en el que siempre gana Alemania.

Gary Lineker

Hay muchas situaciones, eventos y circunstancias que jamás en la vida acontecen a un cubano, precisamente por la condición de cubano que implica muchas limitaciones y trabas para la mayoría de las cosas normales en cualquier otro lugar del mundo. Una de ellas es el fútbol, que en Cuba se vive como en la mismísima Madrid o Sao Pablo pues la pasión del cubano por el fútbol, en los últimos años, ha crecido tanto como la que siempre hemos sentido por el béisbol. Lo desgraciado del asunto es que, un cubano ni aunque tenga los recursos económicos que esto implica, puede viajar a un evento futbolístico de ningún tipo; tiene que conformarse con el fútbol de la casa que – y n0 me lo tomen a mal – es terrible.

Pero, cuando amén de todas las dificultades, un cubano puede salir de Cuba y estar en el momento indicado a la hora indicada – porque tampoco es que todo cubano que sale de Cuba puede pagar pasaje, estancia y entradas para visitar una Copa Mundial de Fútbol porque cuesta mucho dinero – donde va a haber fútbol y ese cubano puede permitírselo por un precio módico pero además, puede ver jugar a muchos de los mejores del mundo – en su época o el presente -… ese cubano puede morirse en paz pues casi lo ha visto todo.

Gracias a una cadena de circunstancias muy acertadas que comenzó cuando hace más de dos años recomendé a un buen amigo de mi marido para que entrara en mi trabajo – en el que no dure tanto y él es ya manager -, este muchacho recibió 6 entradas de regalo para ver nada más y nada menos que el World Soccer Masters Tour, en español «Messi y sus amigos contra el Resto del mundo», donde participaron futbolistas como Forlan y Drogba, entre otros de primer nivel también.

Yo no pienso que Messi sea en estos momentos el mejor del mundo y como este no es un post para debatir sobre fútbol si no, para cronicar que no es lo mismo, no caeré en detalles pero, de igual manera, saber que ahí está el chiquitico ese, junto a otros tantos americanos y europeos que han hecho y siguen haciendo historia en el fútbol, créanme que es un regalo impensable. Entonces les cuento…

Primero que todo el estadio. Se ve, evidentemente, como un Coliseo a lo lejos, en forma de concha marina, imponente y con su respectivo cartelón de Sun Life Stadium y como era una tarde tan bonita – amén de la nubladera y el calor insoportable – yo veía los colores más brillantes que nunca. ¡Lo que hace la dopamina! Pagamos el parqueo y unos afroamericanos – estos personajes tienen todos los trabajos de la ciudad – nos situaron en la hierba, poco a poco y ordenadamente. Salimos casi corriendo pues ya eran como las 6:15 y todabía había que ver por dónde le entraba el agua al coco porque imagínense, 3 balseros en un Estadio en Miamia más grande que la Ciudad Deportiva y lleno de gente hasta la siquitrilla… todo un acontecimiento! jajajajajaja!

Corrimos para allá y para acá, tomando indicaciones de gringos de pulovers amarillos con un mapita del estadio con sus zonas y secciones en colores que, al ver tus entradas te decían «this way», «that way» y uno perdío como la primera vez que va al Parque Lenin cuando es chiquitico – yo me perdí buscando el trencito con 2 años, créanme. Al fin encontramos la puerta B (iban de A a H) que era la que nos tocaba según nuestros asientos – por cierto, en lo más alto y en una esquina, por eso pensábamos que no íbamos a ver ni hostias y que haríamos muy buen uso de esas espectaculares pantallas que tienen los estadios del primer mundo.

Les juro que para ser un evento de aquel nivel y estar aquello de gente hasta el tope, sobre todo cuando la mezcla de culturas es abrumadora y el latino está que da al pecho, no hubo incidentes de ningún tipo y lo único que se vio fue respeto, disciplina y mucho disfrute. Eso me sorprendió mucho porque ustedes saben que el latino, sobre todo el cubano, no está muy acostumbrado al orden y el respeto y cuando se da dos tragos le da lo mismo darle betún a un puerco que darle una puñala’ a un zapato. Hicimos una cola sin orden pero sin empujones ni desesperación y entramos al estadio, dirigiéndonos a un caracol como los de los parqueos de edificios de las pelis, que da vueltas y vueltas y no se acaba nunca. Por ahí subimos y subimos y subimos y subimos… ufff! me canso solo de contarlo, jajajaja! hasta la última sección, en el último piso que era donde nos tocaba pues las entradas regaladas eran de $35, bien económicas si consideramos la magnitud del evento.

Compramos perros calientes, refresco para mi y cerveza para Arian y Yusmel. Otra cosa, vendían cerveza y todo el mundo estaba bebiendo, pero reitero, todo fluyó sin incidentes, todo muy tranquilo, el ambiente muy rico, nada feo. La comida la compramos en el piso inferior porque, balseros al fin, pensamos que tal vez arriba no habría nada, jajajaja! qué guajiros! y en lo que nos preparaban la comida corrimos a mirar el terreno por primera vez.

WOW! qué colores, qué inmensidad, qué belleza, qué nivel! Nos quedamos boquiabiertos, como quien ve una maravilla, como quien nunca ha visto nada así – bueno, de hecho. Había un señor custodiando la puerta porque me imagino que desde más abajo hay mejor visibilidad y para que la gente no haga trampa, no dejan pasar a nadie que no tenga entradas de ese nivel. Solo nos asomamos y los corazones comenzaron a palpitar a 100 por segundo. ¡Qué emoción!

Subimos con los perros calientes y, qué sorpresa! en el último nivel nadie custodiaba las puertas, jajaja! obvio, quién se va a colar para la parte de arriba o.o pero igual, a nosotros, novicios en todo esto, nos pareció la cima del paraíso. Nos acomodamos, disciplinadamente, en los asientos que nos correspondían y, sin dejar de maravillarnos, comenzamos a devorar los perros calientes y a hacer fotografías. Casi todo el mundo llevaba camisetas, la mayoría del Barça y de Argentina, con banderas y carteles, pero muchos más fieles a sus selecciones y clubes.

Nos compramos camisetas de nuestras respectivas selecciones; Yusmel de Brasil, Arian de Argentina y yo de España. Pero yo fui más allá y, mujer al fin, me maquillé en consecuencia. Me hice par de moños, felpa amarilla y felpa roja y me pinté los labios de rojo y los ojos de amarillo. ¡Lo disfruté cantidad! El estadio no estaba completamente lleno pero nos daba igual donde estuviéramos sentados, ciertamente, se ve perfecto y mucho mejor que en la tv, desde donde quiera que estés, no importa que sea la cima del estadio.

A las 7 y tanto comenzó el juego. Messi y sus amigos vestidos de negro, él con el 1o y el resto del mundo en ROJO. Está de más decir que me decanté por los rojos – está en mi sistema, qué puedo decir – y Arian, para irme a la contraria y porque es argentino, se fue por los negros; a Yusmel le daba igual, él solo quería ver buen fútbol. A los 1o minutos de partido comenzó a llover y estuvo lloviendo toda la noche pero nosotros, como buenos cubanos y buenos aficionados al más internacional de los deportes, nos quedamos sentadoss y vimos el juego hasta el final; no fuimos los únicos.

Fue un buen espectáculo, llovieron goles y las jugadas fueron vistosas, entretenidas, hermosas. Los porteros hicieron gala de muy buenas atajadas y el balón se puso majadero por el agua pero fue todo un evento. Por supuesto, para no defraudar a nadie, terminó empatado 7-7, luego de un penalti para cada equipo que cobraron magistralmente y dejó el partido en tablas.

Fue una tarde-noche inolvidable y un regalo. Muy pocos cubanos tienen la ocasión de ver un partido de Fútbol Profesional el vivo y en directo desde un estadio en el Primer Mundo… pero cuando lo logra, se siente Campeón del Mundo!


Some random talking…

La semana pasada tuve unos días verdaderamente fértiles… tengo preparadas varias cosillas que he dejado guardadas pues, siempre luego de una tormenta de inspiración viene la calma provocada por la sequía de ideas. Esa sequía no ha llegado ya que tengo varias ideas que no he podido llevar a letras – por falta de tiempo – aunque están latentes en mi memoria, pero puede aparecer en cualquier momento.

Las dos últimas entregas de Una niñita en La Víbora están pendientes de publicación y créanme que siento nostalgia pues no quiero que termine. Supongo que seguiré contando anécdotas de mi niñez viborence – será este el gentilicio? – aunque sin un orden específico; hay tantas cosas aún por contar! Pero mi trayecto desde 5to a 8vo grado finaliza ya.

También tengo dos cuentos coloridos, jajaja! No es algo que planeé, simplemente sucedió. El color rojo es el protagonista del primero que escribí y es un diálogo entre dos mujeres hermosas: El rojo en el espejo.

El segundo es mi cuento más tierno, más cotton candy (algodón de azúcar), más fresita, más rosa. Precisamente el color rosado es el protagonista y me inspiré en mi canción preferida del grupo Air, Cherry Blossom Girl – y así llamé el cuento -. Cuenta una historia mitológica y fantástica, una historia de amor al más puro estilo homérico, como sacada de Mitos y Leyendas griegas.

Esperando también están dos proyectos de cuento y digo proyectos pues no he escrito ni una palabra 🙂 pero ambas ideas me rondan desde hace tiempo. Una historia de misterio y asesinato que se llamaría El sastre y viene por un sueño bien gráfico y vívido que tuve. Fue algo muy simple y la mayor parte de lo que sería el cuento es producto de la imaginación pero las imágenes de mi sueño fueron las que me dieron la idea. Una torre muy alta, sensación de vértigo – muy vívida -, piezas de maniquíes en las esquinas, cortinas de tul blanco, sangre… como dije, solo imágenes inconexas pero muy interesantes.

La otra idea, El hacedor de religiones y supongo que se imaginarán por donde viene la idea. Un hombre muy inteligente que vive de crear y proveer a los necesitados una salida pura y natural a sus interminables problemas: fe. Este sería un cuento cínico y comercial en el que hablaría de la tarea básica del vendedor: convencer, usando las religiones como trampolín. Como dije, bien cínico pero aún se queda en ideas.

También quiero escribir un poema o cuento o lo que salga, inspirado en una escena de El paciente Inglés que me ha estado acosando últimamente. Esta peli me sale hasta en la sopa y la contemplación del Bósforo me apasiona; la idea me acecha. Ese huequito bendito y hermoso que algunos – yo no, desgraciadamente – llevan con tanto estilo y sensualidad me ha inspirado.

Y así, se me ocurren ideas que por falta de tiempo y paz corporal no llevo a término. Estuve – aún estoy convaleciente – enferma, si así se le puede llamar al malestar estomacal acompañado de nauseas y vómitos. Oh! algunos somos tan sensibles y flojitos! Habiendo tantas enfermedades incurables, terribles, torturantes y crueles en este mundo… y yo me quejo de un fútil empacho… pero bueno, esa frivolidad no me deja escribir… qué hacer? 🙂

No soy supersticiosa y por eso comparto mis ideas con ustedes, sé que no se quedarán solo en ideas por mencionarlas, soy positiva y la dieta blanda acompañada de descanso y la mente positiva alejarán lo que habita en mi estómago y no me deja ser yo, jajajaja!


Dirty things…

«Is sex dirty? Only if it’s done right.»

Woody Allen.

Dirtiest thing in sight.

Mouths and teeth; there is a jumble
of starving hands that massacre
the juicy flesh of my breasts, so tender.
Saliva trickling from my lips into yours;
you swallow it as ambrosia from the Gods.
– «Oh my lover, don’t be evil»
– «I’m the dirtiest thing in sight».

Writing letters on my pelvis,
squeezing, biting, licking, painting.
Purple rings adorn the red skin;
my thighs are burning, I beg for mercy
while you lust the fruit, forbidden.
– «There is blood, my love, just stop it!»
– «I’m the dirtiest thing in sight.»

On my knees, humiliated,
I’m surrendered to your will.
There’s a button you are coveting;
blushes covered all my face
and I try to escape; I can’t.
– «Don’t do that, you sick! you pervert!»
– «I’m the dirtiest thing in sight.»


De vez en mes – 2

“escribo para ser porque estoy y aún corre el rojo de la vida”

Fluxus – Cristiane Grando

Mitos populares – y descabellados – en la antigüedad:

  • En los pueblos antiguos se consideraba que la mujer estaba sucia cuando menstruaba, incluso entre los arapesh (tribu de Nueva Guinea) se construían chozas apartadas para las mujeres que tenían la regla.
  • Entre egipcios y hebreos era un ritual obligatorio que la mujer se sometiera a baños especiales de limpieza al final de la menstruación.
  • El libro sagrado de la Biblia, en el Antiguo Testamento se consideraba que la mujer era impura durante su periodo menstrual. Incluso se llegó a calificar de pecaminoso que una mujer entrara en el templo durante sus días de regla.
  • En la China antigua estaba establecido que la sangre menstrual no debía tocar el suelo por temor a ofender al espíritu de la Tierra.
  • Plinio (Siglo I D.C.), en sus escritos, llega a describir la regla en términos de «veneno fatal que corrompe y descompone la orina, hace perder las semillas de la fecundidad, marchita las flores y hierbas del jardín» o «el contacto con la sangre menstrual hace que el brillo del acero y el marfil desaparezcan».
  • Entre los antiguos griegosHera era la diosa responsable de la menstruación.

[Coro]

♪»De vez en mes
tu vientre ensaya para cuna,
tu humor depende de la luna
y yo te quiero un poco más.»♫

Ahora, desde mi propio punto de vista… he escuchado que le llaman a la vagina «herida abierta» y de hecho, en algunas culturas se se asocia la vulva con una herida y el sangrado lo ven como un recordatorio de su existencia. What the F***!!!??? Oh! cuando escucho una cosa así en pleno siglo XXI no hago más que enervarme de una forma tal… Los hombres e incluso, algunas mujeres, han tornado este fenómeno tan natural y antiguo como la humanidad misma – más antigua aún ya que la hembra de todos los mamíferos mesntrúa desde que existen -, algo desagradable y tabú. Es triste que aun se piensen sucias y se dejen vejar por su condición.

♫»De vez en mes
a ti te da por tomar siestas,
a tus hormonas por las fiestas
y el culpable siempre yo.

De vez en mes
no hay más reloj que el de tu cuerpo,
no hay más luz que la que das.
De vez en mes.»♪

Como deben haber deducido, me aqueja esta dicha devenida en mal cada 30 días y mi humor está de huelga y a punto de un mitin, jajajaja! pero ven? aún me quedan fuerzas para reíry compartir mis dolores físicos y experiencias espirituales con ustedes. Discúlpenme los que detestan el tema pero soy mujer y nací de una línea de mujeres y las hornaré mientras viva.

La mesntruación no es un estigma, es la esperanza y debemos afrontarla con dignidad. Ser mujeres nos hace grandes y tener la posibilidad de crear vida – aunque con dolor -, es divino.

♪»De vez en mes.»♫