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Un pedacito de Historia…


No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.

Marco Tulio Cicerón

Por azares del destino llegó a mis manos un libro muy interesante. Es una especie de guía histórica de Roma y el Vaticano. Una muchacha que trabaja conmigo es la dueña y me lo trajo hoy para que lo viera. Es cierto que la Acrópolis griega me es más interesante que Roma pero, el Coliseo y la Capilla Sixtina también son maravillas que quiero ver con mis propios ojos algún día.

Lo más interesante del libro no es lo que cuenta ni las hermosas imágenes. Lo más increíble de todo es que vino de Italia en el equipaje de una madre como regalo a su hija amada. Es un libro que viene de allá, del mismo lugar del que cuenta y estuvo bañado del mismo viento que una vez refrescó a Miguel Ángel. El libro viajó desde la cuna del arte y lo pude hojear por un rato, escudriñando cada imagen – aunque me quedé con las ansias de beberme sus letras.

Se divide por paseos pues como dije, es una especie de guía y no solo cuenta sobre la Roma antigua. Además, trae un poster que retrata una maqueta inmensa de lo que fue Roma en sus mejores tiempos. Por la parte de atrás, este mismo póster tiene una fotografía de la Capilla Sixtina.

Cuenta además, sobre el Vaticano y su historia, mostrando vistosas fotografías que muestran la riqueza en la que viven los Papas – paradójico, no? Pero lo que más me gusta es el Coliseo romano. Tiene imágenes de cómo era en la antigüedad y cómo es ahora mismo. Se ven fotografías en las que algunos turistas lo visitan. Mi primer pensamiento fue: de estar yo ahí, recogería un poco de piedritas de la arena más famosa e histórica del mundo y las pondría en un pomito de cristal para recordar siempre de dónde venimos.

No sé a ustedes pero a mí la historia me apasiona y debo confesar que no toda. La historia antigua y sobre todo greco-romana es mi preferida. La mitología es otra de mis pasiones. Parece algo trivial pero el tener ese libro en las manos me hizo feliz, me sentí parte e algo más grande. Aún no sabemos con certeza de dónde venimos ni a dónde vamos, pero sabemos que vinimos de alguna parte… y que seguiremos andando.


Una niñita y el Fútbol…

De nada sirven mis goles si España no es campeón del mundo. 

David Villa – Sudáfrica 2010

Yo recuerdo haber puesto el tv una vez por allá por 1998 (tenía yo a penas 10 años y ya vivía en La Víbora con mi abuelita) y maravillarme al ver a muchos hombrecitos pequeños y coloridos correteando detrás de un balón negri-blanco que no se detenía. Apelé a mi padre y su sapiencia deportiva para que me dijera qué era aquella maravilla y me enteré que le llamaban FÚTBOL. Seguí mirando y descubrí también a los hombrecitos MÁS coloridos de todos – por sus camisetas rojas de listas amarillas y shores azules y por un juego que, aún sin comprender, me enamoró.

Realmente el ’98 no me aclaró muchas cosas, aún era muy pequeña y por mucho que mi papá me explicó, no llegué a comprender lo que era un «fuera de juego» o «un tiro libre».Pero la magia del fútbol me volvió a encontrar cuando tenía 14 años y cursaba el 8vo grado. Japón-Corea del Sur 2002 me sorprendió más madura y capaz de comprender el deporte que ha de acompañarme de por vida. Recuerdo que comenzaban por aquella época a implantar en Cuba las teleclases y muy convenientemente, teníamos un televisor en cada aula. No sé cuántos turnos de clases canjeamos para poder disfrutar los partidos y la excitación la calmábamos luego jugando fútbol adolescente en los pasillos de la escuela con naranjas agrias como balones. ¡Era algo ciertamente hermoso!

Mi padre emigraría a los Estados Unidos en septiembre de ese año, justo 2 meses luego del Mundial y recuerdo que pasé mucho tiempo debatiendo con él acerca de los juegos, las reglas y los futbolistas. Por aquella época el periódico Juventud Rebelde sacaba crónicas sobre el Mundial que yo recortaba y recolectaba, para futuras referencias, luego de leerlas ávidamente. Mi papá siempre fue un hincha argentino y las discusiones eran muy grandes porque él no entendía como yo podía preferir a España, siendo europeos, sobre cualquier equipo latino. No supe qué responderle, tanto el amor como el fútbol son impredecibles.

España jugaba bien en aquella oportunidad y pasó la fase de grupos como primera sin trabajo alguno, luego de vencer a sus tres rivales: Eslovenia (3-1), Paraguay (3-1) y Sudáfrica (3-2). Luego topamos contra Irlanda en octavos, empatando (1-1) y venciendo en penales (3-2). Justo después nos tocó la desdicha de ir contra Corea del Sur en cuartos, los anfitriones del Mundial. Los árbitros hicieron un papel deplorable y nos anularon el gol que hicimos y nos habría dado el pase a semifinales y la oportunidad de medirnos contra la GRANDE Alemania que quedaría segunda, finalmente. Esta infamia comenzó antes, en octavos, cuando también enmarañaron a Italia usando traquimañas parecidas y favoreciendo siempre a los coreanos.

Recuerdo que vi la final en casa de mi papá y él en ese momento ya prefería a Brasil ante Alemania, por su falso patriotismo latino americano. Yo preferí a Alemania por la admiración que sentía por Oliver Khan y la preferencia que comenzaba a desarrollar por el delantero Miroslav Klose, ambos destacados en este Mundial tan polémico. Los alemanes perdieron finalmente, tras dos goles que Ronaldo le encajó al ganador del Balón de Oro, primer guardameta que recibió este galardón en la historia de Copas Mundiales de fútbol, tras permitir solo 3 goles.

Llegó el verano del 2006 y Alemania nos trajo otra Copa Mundial de Fútbol que me encontró en un aula en el cuarto piso del Tecnológico Gervasio Cabrera Martínez, en el Cotorro. Esta vez ya yo sabía perfectamente qué era el fútbol y con 18 años, estaba más que segura de que España no me decepcionaría esta vez. Así comenzó todo y recuerdo que las discusiones en el aula eran olímpicas, no porque hubiera muchos adeptos al más universal de los deportes si no, porque todos disfrutaban verme defender lo que tan férreamente creía. Una de mis amigas por aquel entonces era fan de Inglaterra pero le daba igual cambiarse la casaca para cualquier selección con tal de mortificarme. Recuerdo que estaba en mi casa viendo conmigo y mi madre el partido en el que Francia nos sacó del Mundial y casi la saco a patadas y estuve días sin hablarle. Así de «agradable» me pone el fútbol.

Esperaba, secretamente, ganarle a Francia para luego topar con Brasil pues supongo que aquella derrota de Alemania en 2002 me dejó un rencor tan grande por los del jogo bonito que no he podido superar jamás. No tengo el dato pero creo que España y Brasil nunca se han batido en Copas Mundiales y de haberlo hecho, han de ser pocas pero me urge ver eso, me urge por una cuestión de aversión personal, jajajaja! Si admito que me quedó el sabor agridulce de la venganza cuando Francia los echó también del torneo 😀

En 2008 descubrí la Eurocopa y aunque no la seguí en su totalidad, si estuve pendiente el día de la final. Estábamos en casa de Maday (brasileña) mi novio (italiano), mi mejor amigo (argentino) y yo, que discutía una final contra Alemania, mi segundo gran amor. La luz se fue pues se acercaba una tormenta y en casa de Maday está terminantemente prohibido encender el televisor si truena, así que tuvimos que escuchar el partido entre cortes de corriente e interferencias por un radiecito decrépito que tenía mi mejor amiga. De más está decirles que tuvieron que aguantarme por días, semanas festejando mi primer triunfo y en ese momento supe que España comenzaba a escribir su historia.

El Mundial Sudáfrica 2010 me agarró en Miami junto a mi marido y en condiciones de vida difíciles. Ese fue un año de muchas tristezas y sinsabores pero durante un mes fui feliz. Recuerdo que pasé casi un mes enferma con reforzamiento en los pulmones, estuve ingresada con problemas de los riñones, comenzaron los problemas con mi papá, me quedé sin trabajo; realmente fue un tiempo muy malo pero entre reposo, fútbol y mente positiva, rebasé todo y me quedaron muchas alegrías que me regaló el fútbol.

España llegó esta vez como la favorita indiscutible por su desempeño en los últimos dos años y su reciente título como Campeona Europea. Ese primer partido contra Suiza, perdido 1-0 me golpeó la cara como una bofetada, casi despertándome del sueño que había vivido desde la Euro del 2008. Pero como cuando perdían en octavos, no perdí la fe y presencié una maravilla tras otra. Nos vi ganar a Honduras (2-0) y a Chile (2-1), pasando como primeros del Grupo H. Luego derrotamos por la mínima (1-0) a los siguientes rivales: Portugal en octavos de final, Paraguay en cuartos, Alemania en semifinales y, finalmente, a Holanda en la Final. Así España se coronó Campeona Mundial y mi fe en La Roja recibió su premio por no cejar nunca, por ser leal y por quererlos desde que no eran nadie.

Y bueno, la historia de esta Euro ya la conocen. Ya todos saben lo que ha logrado España y la alegría que me impulsa a escribir esto hoy. Ya saben que poco a poco se han ido metiendo en el grupo de los grandes y aunque aún les falte mucho camino por recorrer, ya nadie puede decir que España no es el MEJOR DEL MUNDO. Ya yo soy una mujer y sigo viendo fútbol solo una vez cada 2 años porque mi amor es tan grande que llega a ser enfermizo y no quiero que me de un infarto porque quiero seguir viendo lo que nos regala la Madre Patria, para en 40 años poder decir: «Yo amo a España desde que eran 11 pendejos coloridos correteando tras un balón y mira ahora que grandes son».


Thanksgiving y una cubana…

El jueves me levanté temprano; ya es una costumbre que los días que no trabajo me despierte a más tardar a las 8 am. Para los que no saben, en Estados Unidos se celebra el cuarto jueves de Noviembre el «Día de Acción de Gracias», por la tradición europea de fiestar a la recogida de sus cosechas. Existe la polémica pues según algunos la primera celebración en USA fue llevada a cabo por los españoles en 1565 pero según otros, la primera fiesta fue en Virginia en 1607 por los americanos. Da igual cuando fue, lo que interesa es que la tradición viene de los europeos que celebraban la recogida de sus cosechas y al llegar acá, lo mezclaron al hecho de encontrar una nueva tierra, libre y fértil donde proseguir sus vidas. Más o menos de eso va.

La cena tradicional se compone del pavo asado al horno, que solo algunos gringos saben preparar y que no quede endiabladamente seco y desabrido, puré de papas, el green beans casserole que es habichuelas con una salsa de no se qué que se mete al horno y queda como un tambor de papas, pero de habichuelas y esta salsa gruesa, también maiz dulce y una salsa de arándanos para contrastar el sabor agridulce de la fruta a los sabores salados de la carne y los frijoles. De postre se consumen por igual el pican pie (pastel de nuez), pumpkin pie (pastel de calabaza) y apple pie (pastel de manzana).

La idea, como lo dice el nombre, es dar gracias. En principio se agradecía por la recogida de las cosechas y el tener alimentos y ahora es por cualquier cosa. Lo gracioso es que desde la mañana del jueves comencé a recibir los típicos mensajes de texto de «Happy Thanksgivig» de partye de dos o tres contactos, por ejemplo, mi amiga y compañera de trabajo, María. Ella salió de Cuba para España con 6 años y de allí, con 9, se vino a USA. Obviamente, ella creció con esta tradición; es entendible. Otro mensaje fue de Yeni – la recuerdan del post del río asqueroso? -. Les conté que Yeni lleva acá como un año y pico, a todo dar 2 años; ella llegó un años y algo después que yo y aun no cumplo los 3 aquí.

A ver, daré mis impresiones personales a este respecto y espero que nadie se sienta directamente eludido o criticado, cada cual con sus costumbres y respetadas sean.

Yo particularmente no celebro thanksgiving, la única alegría que me trae la llegada de ese día es que, afortunadamente, no tengo que trabajar y, que el día después, el Black Friday, bajan todo en las tiendas y nosotros los pobres, podemos aprovechar y comprar alguna que otra cosita con nuestros hambrientos salarios. No tengo motivos de agradecimiento y menos aun si analizamos que soy atea, es decir, no le encuentro el sentido a agradecerle a Dios que en mi mesa haya comida ese día.

No critico a nadie pero me parece gracioso lo rápido que mis compatriotas, que mis congéneres, que mis compañeros de juegos de infancia, que los míos de allá de Cuba, que ahora están acá… esos que desayunaban un pan de la bodega, se acogen a las costumbres americanas. No es que lo vea mal, simplemente me parece gracioso, interesante, ver la metamorfosis que sufren los cubanos en este país. Salen de un país donde lo más importante un día es marchar bajo el sol gritando consignas de ¡VIVA! delante de la Plaza de la Revolución y de un día a otro lo más importante es matarse en el supermercado por un pavo – que ni siquiera saben cocinar -, para darle gracias a Dios por lo que sea y entrar en el reino de los cielos y en el de los americanos. Ya dije, no critico a nadie y espero no sonar muy dura pero no deja de parecerme la mar de interesante y gracioso. Somos los seres más dispuestos a cambio que existen en este mundo. Eso es interesante!

Bueno, mi esposo y yo nos debatíamos entre ir al parque Amelia – no crean que me olvido de el post prometido, simplemente no ha llegado la musa para hablar de él -, a hacer una especie de picnic – deseo que se frustró en Cuba con el Parque Lenin; siempre quise hacer un picnic y al final, entre una cosa y otra, nunca lo hice -, y alquilar dos bicicletas para recorrer el parque, o irnos al cine a ver la peli Immortals que se estrenó el 11-11-11, en 3D. el debate vino de que no podíamos gastar alrededor de $30 en el parque, pagando la entrada y las bicis pues llevábamos la comida y además pagar alrededor de otros $30 en el cine por ver la peli en 3D. Increíble pero cierto. Para todos aquellos que piensan que «la yuma» es un vacilón, mi marido y yo no podemos gastar todo ese dinero muy a menudo. La vida no es color de rosas; pero ese es otro tema.

Finalmente decidimos ir al cine y no lo lamentamos. La peli está muy buena pero el impacto fue experimentar el cine en 3D. Ya les contaré.

Siguiendo con el Día de Acción de Gracias, compramos unas chuletas de puerco y las freímos en una sartén y ese fue el plato fuerte de nuestra cena. Eso si me gusta!

Quiero que comprendan que cuando vine a USA sabía que mi vida cambiaría radicalmente, no vine engañada, pero me rehúso a perder mi identidad. No me convertiré al cristianismo, ni cambiaré la carne de puerco – deliciosa y llena de colesterol -, por el desabrido y seco pavo, no daré gracias a dios por proveer comida para mi mesa cuando soy yo la que se muele el lomo trabajando para pagarlo todo, no asesinaré mi naturalidad y desenfado de cubana por intentar convertirme en una «cubiche» a los americano. Como dice Calle 13, una «gringa wanna-be». Esa no soy yo y me niego a alejarme de mi cultura y mi cubanismo.

Yo celebro con carne de puerco, chicharrones, yuca con mojo, ensalada de col y tomates, arroz moro y mis dulces son los casquitos de guayaba, el dulce de coco, las cremitas de leche. Eso no quiere decir que yo no consuma otros alimentos y que no pruebe cosas nuevas, pero cuando pienso en «fiesta» lo primero que me viene a la mente es una ‘cajita’ de comida criolla, no otros alimentos. No quiero cambiar y no quiero salirme de mis raíces pues esa es la que soy y quiero seguirlo siendo. Vine a este país a mejorar mi estilo de vida, a crecer profesionalmente, a formar una familia pues, fuera de todos los problemas políticos que hay en Cuba, quiero un mejor nivel de vida para mis hijos. Esa es la razón más fuerte que tengo para estar de este lado, pero quien soy: una cubana con todas las letras, no me lo quita nadie. Por eso no como pavo en thanksgiving 🙂


el placer de escribir…

uhmm!

«give me a reason to love you»… dice Portishead en Glory Box y al compás de la decadente y melosa melodía nace este blogg…

un poquito de ‘muela’ para comenzar…

Epicuro de Samos fue un filósofo griego del siglo IV A.C, esto es rápido y conciso para no agobiar a los no amantes de la filosofía, pero para que sepan de qué va esto… este señor defendió y se puede decir que creó una corriente filosófica llamada ‘hedonismo’. Este término viene del griego ‘hedoné’ que significa placer. Esta tendencia defiende la búsqueda del placer como fin absoluto de la vida humana. Es más complicado que eso pues se divide en varios tipos de hedonismo (los que no mencionaré ahora) y abunda sobre el concepto ‘placer’.

Entonces hedonistas seríamos todos aquellos que vivimos buscando el placer o la satisfacción personal en todo lo que hacemos.

Se ha malinterpretado la intención de Epicuro desde el nacimiento del hedonismo y del epicureísmo (otra tendencia similar aunque con ciertas diferencias creada por él mismo), y de hecho no sabemos en realidad cuál era su verdadera visión acerca de su propia creación ya que, la mayor parte de su legado se ha perdido. Como sea, yo le doy mi propia interpretación y vivo mi vida ‘hedonista-mente’ y dentro de mis propias reglas.

Concretando, mi manera de verlo: el placer es la satisfacción que experimentan los sentidos al realizar cualquier acción, desde respirar hasta pensar… entonces, para mí, ser hedonista se basa en disfrutar todo lo que se hace y hacer todo buscando disfrute. Esa es mi versión personal.

¿Por qué ‘Diario de una Hedonista’?

Pues porque yo soy hedonista y aquí se recogerán vivencias, sueños, aventuras y fantasías… será una especie de diario ficticio que compartiré con el mundo… para no decepcionarlos, no esperen nada de:

«me levanté a las 7:00 am y me preparé el desayuno… blablabla…»

Ya presentados, introducidos, delimitados, podemos comenzar…

– Querido diaro…

jajajaja! na’ mentira!

– ACCIÓN!