Archivo mensual: febrero 2015

A salvo dentro de mí…

A salvo dentro de mí….


Lenguaje de adultos…

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Tú sabes que tienes veneno entre las piernas
Y estas loca por hacerme mierda
Estas loca por hacerme comer hierba

 Se vale to-to – Calle 13

No me digas más «mi amor» ni me beses en la frente. No me tomes de la mano ni me hables con dulzura. Quítate el disfraz de caballero y ensucia la armadura. Cambia tu lenguaje rosa por una jerga diferente.

Hoy te quiero bellaco, perro, duro. Hoy tu me amasas las tetas y me muerdes el culo.

 

Esta noche hay que comerme cruda, en escabeche. Adobarme con limón, de adentro para afuera. Cuando acabes el banquete de carne de primera vas a chuparte los dedos y pedirme leche.

Las nalgas se me tensan y el vientre me palpita. Hoy me pintas los muslos de color azul mordida.

 

Hoy decimos cuchinadas. Hoy te cojo arrinconado. Va a ver nalgas moreteadas y peladuras internas. Hoy tú te descargas como un buque entre mis piernas y te vienes como maremoto en mi golfo salado.

Cuando termine contigo no vas a querer ponerte la corbata ni hacerte la raya al medio.

 


365 días de amor…

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Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.

Charles Chaplin

Entiendo a toda aquella mujer que el 14 de febrero anda soltera y sin pretendientes que le regalen chocolates o le manden flores y se pone a blasfemar, criticar y echar pestes del día del amor. Se siente mal ver como las otras feas de la oficina reciben buquets de rosas, cursis globos rojos o peluches y tú estás ahí, dejada y sola. Hasta las casadas, ennoviadas y comprometidas a veces no reciben nada.

Pero eso no significa que seas menos, que no seas linda, que no te merezcas un tipo galante y sensible. De hecho, puede que ese tipo exista y esté interesado en ti pero con esa actitud derrotista y quejicas no vas a resolver nada.

Ponte guapa, píntate los labios, ponte un vestido que te realce la figura, suéltate el pelo, ponte los tacones y vete a salir con tus otr@s amig@s solter@s y disfruta del momento. De todas maneras, el día del amor es todos los días y si no sales a la calle con una sonrisa amplia, sincera y cálida, no lo vas a encontrar.

Felicidades!!!


Esa lengua de fuego…

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(…) y entre tus muslos de marmórea piedra,
entretejí con besos una hiedra
que fue subiendo al capitel sombrío.»
Soneto – Rubén Martínez Villena

Allí donde nacen los suspiros, donde se cosechan los mejores estertores de amor… allí llega esa lengua de fuego a quemar entrañas, a revolver sensaciones.

Los labios estaban dormidos, callados, pero la lengua de fuego armó una fiesta de maullidos. No quedó ojo cerrado y terminé viendo constelaciones que nadie ha descubierto cuando tu lengua me sirvió de catalejo.

Pero la lengua de fuego no viene sola al encuentro. Se trae a sus amigos los malvados dientes y los labios suaves y hasta a diez dedos revoltosos que no respetan fronteras ni puertas cerradas.

Y comienzan a bailar los labios… los seis, entre todos. Se suma la lengua de fuego para alentar y calentar el ambiente. Un dedo se suma, entra el segundo en el «círculo cerrado» de amigos… un tercero. Y se escucha un grito que no puede ser otro que G que se ha emocionado.

Y se tensan el abdomen, los muslos. Se cierran las nalgas, se aprietan los dedos de pies y manos. Todo comienza a temblar, a estallar.

Y los labios se embriagan, los dedos se ahogan en jugos, la lengua se consume en la erupción que ha provocado.

Pero la fiesta no se acaba, solo está comenzando…


A veces…

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Y lloro sin que sepas que el llanto mio
Tiene lagrimas negras
Tiene lagrimas negras como mi vida.

Lágrimas negras – Miguel Matamoros

A veces quiero hacerle daño a alguien pero enseguida se me pasa pues matar a un hijoeputa no va a erradicar todo el mal que hay en el mundo.

A veces quiero correr hasta que se me cansen los pies y me caiga y me revuelque por el sueño, vencida, cansada, porque a veces siento que no puedo más.

A veces no me levanto de la cama, solo cierro los ojos y miro entre mis sienes y la busco a ella para que me lleve a volar entre sueños diurnos y mariposas.

A veces me despierto linda, lindísima y solo quiero mirarme al espejo hasta que ya no me sienta linda más, hasta que me sienta fea fea y no me pueda mirar más,

A veces me sube el fuego por las piernas o me baja por el cuello y me quema cuando hace contacto en mi ombligo y se me mojan los labios y se me erizan los vellos.

A veces río a carcajadas hasta que lloro o hasta que me orino, otras, sonrío con los ojos o con los dientes porque soy feliz como los niños chiquitos.

Pero a veces, solo a veces y cuando nadie me ve, ni me escucha ni me siente, cuando ni siquiera me saben viva… lloro.


El orgullo no se come…

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Aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes.
John Churton Collins

Dicen los viejos que el orgullo no se come. Puede que sea cierto.

Desde chiquitica siempre tuve mucha vergüenza. Las veces que un maestro o vecino me regañó por alguna mal comportamiento – o por algún comportamiento normal de niños que los mayores sienten la necesidad mortal de reprochar -, siempre reaccioné con rubor y lágrimas. La vergüenza y la impotencia me hacen llorar con mayor facilidad que la alegría o infelicidad extremas.

Gracias a la vergüenza desarrollé un orgullo muy grande también. Una buena manera de no sentir vergüenza era actuando con orgullo. Desde pequeña, entonces aprendí a no pedir nada, a no rogar por nada, a ganármelo todo con esfuerzo y sacrificio en vez de con ruegos. Jamás he tolerado que se me tenga lástima.

Al ser extremadamente orgullosa, desarrollé a mi vez un amor por el éxito y la victoria. No hay nada comparable a saborear los frutos de tu propio esfuerzo. Cuando logro algo y sé que es todo gracias a mí, a mi talento, a mi entereza, a mi poder de pelear por lo que quiero, me siento invencible.

Por eso no tolero que me quiten los logros, que me apaguen los sueños, que me cieguen la vista larga. No puedo mendigar por mis victorias, no puedo arrastrarme por mis logros.

Es cierto, el orgullo no se come, pero lo que se come sin orgullo… sabe a mierda.